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lunes, 23 de noviembre de 2015


El Monasterio de la Caridad, a kilómetros de Ciudad Rodrigo, en la carretera de Monsagro.
Candela, un "charro" en El Rocío
CAPÍTULO IX: El entusiasmo del abuelo
El entusiasmo del abuelo de Diego, por dar a conocer todos aquellos sitios importantes de la ciudad a Candela, desde la Capilla Cerralbo, aquella que se pensó en construir de tal manera que «hiciera sombra a la catedral», por el marqués del mismo nombre, sobre el amor de su juventud durante la Guerra de la Independencia, en el primer sitio de Ciudad Rodrigo, por los franceses, Lorenza Iglesias, a la sazón la calle donde nació el autor en esta ciudad.  Pero sobre todo, el santo y seña de la ciudad, la catedral de Santa María, Sede de la diócesis civitatense, que mantuvo a la denominada «Tierra de Ciudad Rodrigo» con un orgullo que hiciera que fuera una de las pocas ciudades, entonces plaza fuerte del reino y sede del Ejercito de la Izquierda, de la antigua Castilla la Vieja que hiciera frente a los ejércitos imperiales de Napoleón. Y la procesión del patrono de la ciudad, San Sebastián, que posee honores de Capitán General, concedidos por el Duque de Wellington, también Duque de Ciudad Rodrigo, en 1812, depositando a sus pies los atributos de su jerarquía: su sombrero, su espada, su bastón de mando, y su fajín.

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