Київський національний університет імені Тараса Шевченка
Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kiev
Lilan Wakan, Libro III de la leyenda de Jhuno
EPÍLOGO: Kiev
Cuando
llegaron al filtro, existente en todo aeropuerto internacional, para aquellas
personas extranjeras que por cualquier motivo desean entrar en un país que no
es el suyo, William y Savannah,
comenzaron, por separado, la parafernalia de dar respuesta a todas y a cada una
de las preguntas que le iban formulando los agentes policiales encargados del
filtro.
Como si
de un guión se tratara, y casi sin esperar a la respuesta, iban formulando las
preguntas, a las que uno u otro, atropelladamente al principio, y más
tranquilos después, iban dando respuesta puntualmente.
Los
pasaportes aún no estaban sellados, y por tanto no podían entrar en el país.
Algo pasaba, ellos se miraban, como preguntándose el qué, pero no tenían
respuesta. En unos instantes posteriores, se acercó una agente de policía de
Ucrania, que muy amablemente y en un inglés casi correcto, les indico que la
siguieran. Antes la agente había recogido los pasaportes de William y Savannah y se los llevaba
consigo.
—Síganme,
por favor.
La
agente, que caminaba delante de ellos, era de una belleza espectacular, y se
podía decir que estaba muy bien formada, y aunque a juicio de William no llegaba a la belleza de Savannah,
no pudo dejar de mirarle las piernas que asomaban por entre aquella raja de la
falda tubo, larga en exceso, y directamente los movimientos de sus glúteos al
andar, que aún los hacía más sensuales los largos tacones de los zapatos, que
presumiblemente no eran del uniforme.
William recibió un codazo, en el costado izquierdo,
procedente de Savannah, que lo miro como diciéndole: ¿Es que le estás mirando
el culo?
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