Sierra de Gata
LA TIERRA DONDE HAS DE MORIR
Libro VI de
la Leyenda de Jhuno
Capítulo II: Camino de Sevilla
Al principio, Harek, había echado de menos aquella montura, el
caballo negro con el que aprendió a cabalgar que, a su regreso a las tierras
donde vivió Faridah, había muerto, tras su viaje desde Sevilla, donde había
dejado a su amada Leonor, a la que había dejado embarazada en sus encuentros
amorosos, con la barragana, la favorita del rey de Castilla, Alfonso XI. Pero
claro, eso él, no lo sabía, lo ignoraba por completo, máxime, cuando ella, la
favorita, no estaba en condiciones de decirle la verdad, ello hubiera supuesto
un gran peligro para su vida, incluso para la vida de Harek, así que determinó
guardar el secreto, secreto que nunca dio a conocer a ninguna otra persona, ni
siquiera con el paso de los años, a sus propios hijos que, siempre creyeron que
eran hijos del rey de Castilla.
Mientras Alfonso XI, arreglaba las cosas en su reino, en
interminables batallas contra sus nobles disconformes, siempre, a la vez que
hacía pactos con sus reinos vecinos, Aragón y Portugal, incluso en ocasiones
determinadas con Granada, sus campañas se centraron, posteriormente, en la
amenaza que representaba la incipiente expansión en la península del imperio
benimerí del norte de África, el noruego Harek, asentado en las proximidades de
Ciudad Rodrigo, enrolado como como peón primero y como mayoral, con el tiempo,
consiguió llegar a ser un gran jinete, como lo eran aquellos que le enseñaron,
los que todavía no, pero con el tiempo serían denominados «charros», aprendiendo a montar a la jineta, es decir, con estribos,
lo que le facilitaba, en gran medida, su trabajo en la dehesa y, cómo no,
cuando fuera necesario el uso de la espada, a la vez que cabalgaba.
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