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sábado, 2 de marzo de 2019

Imagen de una familia faenando el campo en las Bardulias

El cuarto jinete

Libro VII de La Leyenda de Jhuno
CAPITULO I: Las Bardulias

¡Hacia el norte, siempre hacia el norte!, allí estaba el destino de Harek, no quería volver la vista atrás, al lugar donde había tenido uno de los mayores enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en la Península Ibérica. El mismo había participado en aquella batalla que, si bien se ganó, a punto estuvo de haber sido, al contrario. En ella lucho Harek, con un arma que no dominaba, ni dominaría en su vida, la espada. Él era puramente arquero, uno de los mejores arqueros de la cristiandad, sino el mejor, aunque en su fuero interno, siempre supo que era algo inferior, con el arco que, su hermano Jhuno, del que se acordaba de vez en cuando. Halima le acompañaba, a la que nunca pidió nada, respetándola como si de su propia hermana se tratase.
Desde la zona que hoy conocemos como el Parque Natural de los Alcornocales, llegaron a Grazalema, siempre a través de la zona frondosa en vegetación, para dirigirse a la localidad de Ronda, donde descansaron unas jornadas. Solamente se habían desviado un poco para ir a Arcos, donde Harek compró ropa para Halima. Antequera, Lucena, Motilla serían las localidades por las que pasaron antes de llegar a Córdoba, la que en otros tiempos fue la capital del califato en la península.
Montoro, Puertollano y Villa Real fueron las localidades donde descansaron camino de Toledo. Hasta aquí había sido un trayecto relativamente fácil, lo peor vendría después, una vez pasada la sierra, allí solía soplar el viento más frío, ya, camino de Burgos.
Se gustaban desde el principio que se conocieron, pero ni ella se le insinuó ni él quiso aprovecharse de su soledad, se enamoraron por el camino, por aquellas praderas del sur, por aquellas mesetas del norte, bajo el sol asfixiante del día y las brisas heladas de las noches, bajo el astro rey y a la luz de las estrellas. En el campo y en los pueblos, en los campos de las tierras dominadas por la Orden de Calatrava, como en los páramos de las Bardulias. 


 

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