Lilan Wakan
Libro III de la Leyenda de Jhuno
Capitulo XI HACIA EL SUR
Todo parecía ir bien, se había
convertido en el mejor cazador, de hecho, ni al jefe de todos ellos, Wakanda le importaba reconocerlo, en
especial cuando su esposa Luna, decía
que le había visto hacer cosas que nunca un lakota
podría llegar a hacerlo.
Talutah y
Jhuno hacían el amor frecuentemente y eran causa de risitas entre el tiospaye
debido a los gritos irreprimibles de ella. Ella realizaba sexo con Jhuno, de la
única manera que se le había enseñado conforme a las costumbres de los sioux, pero cuando Jhuno comenzó a «jugar» en el lecho, a ella le gustó, y
los juegos se fueron diversificando, y ella se lo pedía, sino cada noche, muy a
menudo.
Cuando Talutah y Luna intercambiaron opiniones sobre los gritos de la
primera, esta le refirió la forma de
amar de Jhuno, y Luna, quiso probar
con Wakanda. El jefe que al principio
se opuso a ello, al final, y viendo lo placentero de las formas de amar que
realizaban ambos, sucumbió a las nuevas costumbres con Luna, a la que se le veía más feliz desde entonces. Ninguna de las
dos mujeres habría podido pensar siquiera que entre un hombre y una mujer se
pudieran realizar tales prácticas tan satisfactorias.
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