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jueves, 14 de agosto de 2014

Lilan Wakan
Libro III de la Leyenda de Jhuno
Capitulo XIV EL DESIERTO
A medida que avanzaban por aquel terreno, no podían por menos de quedarse boquiabiertos con el espectáculo para sus ojos que representaban las aisladas mesetas y los cerros rojos rodeados de un desierto, que si bien parecía vacío y arenoso, más al norte, en la Gran Cuenca, Jhuno y Talutah, habían aprendido a que hay en él numerosas plantas y animales, y que pese a no verse, insuflan mucha vida al desierto.
Este paisaje que estaban atravesando, es lo que se conoce en la actualidad como el Monument Valley o Valle de los Monumentos. Aunque no es en realidad un valle, en el sentido convencional, sino que es un espacio ancho y plano, y algunas veces desolado, interrumpido por las formaciones rocosas que se elevan a cientos de metros en el aire, y que no son más que los últimos restos de las capas de roca arenisca, que alguna vez cubrió toda la región.
Este paisaje es uno de los que siempre nos ha quedado en nuestra retina, por ser uno de los más socorridos en las películas de oeste americano, habiendo sido filmados hasta la saciedad, independientemente de si los pueblos indígenas que salían en la película tenían este hábitat o cualquier otro, eso no era lo importante para el espectáculo según la industria de Hollywood. Los colores tan brillantes y profundos de sus paisajes son tal cual aparecen en las imágenes.

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