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lunes, 22 de enero de 2018

Batalla de Salado o de Tarifa 1340 Campo de batalla y despliegue de fuerzas
LA TIERRA DONDE HAS DE MORIR
Libro VI de la Leyenda de Jhuno
Capítulo XX: La batalla del Salado o de Tarifa
La batalla del Salado dio comienzo aproximadamente sobre las diez de la mañana del 30 de octubre durado hasta la una de la tarde, es decir, unas tres horas, de acuerdo con la información proporcionada por el arzobispo Gil de Albornoz. En este periodo de tiempo, pueden distinguirse cinco fases claramente definidas: La primera, que denominaremos la lucha por la orilla del Salado, donde el objetivo cristiano fue asegurar una cabeza de puente en la orilla musulmana, y el de los musulmanes, evitarlo. La segunda fase, el asalto al campamento de Abu l-Hassán, se centró precisamente en la lucha en torno a ese recinto. La tercera, el combate entre Alfonso XI y Abu l-Hassán, vino definida por el enfrentamiento entre los núcleos más fuertes de ambas huestes. La cuarta, desarrollada a la vez que las tres anteriores, fue el enfrentamiento entre Alfonso IV de Portugal y Yusuf I de Granada. Por último, la quinta consistió en la retirada y persecución de las fuerzas musulmanas.
La lucha por la orilla del Salado:
Alfonso XI quiso comenzar el combate sobre las nueve de la mañana, pero sus mandos le aconsejaron esperar a que el sol estuviera más alto, pues les deslumbraba. Una hora más tarde, el monarca comprobó que el sol ya no producía ese efecto y dio la orden de avanzar a su vanguardia. Estas fuerzas, como ya sabemos, debían atravesar el río Salado y desalojar de la orilla a la vanguardia musulmana, asegurando así una cabeza de puente. Sin embargo, este hecho no se produjo, porque al llegar al río encontraron una resistencia muy fuerte y durante un largo periodo de tiempo, las avanzadas de don Juan Manuel no pudieron vadearlo, provocando la impaciencia de Alfonso XI, que mandó a García Jofre Tenorio con la orden de atravesarlo. Pero el infante castellano desobedeció esta orden.
Para resolver el problema, las fuerzas de don Fadrique y de don Fernando, hijos bastardos del rey y cuyas fuerzas constituían la vanguardia del cuerpo central, se desviaron hacia la derecha llegando al río. Gonzalo Ruiz, mayordomo de don Fadrique, arengó a las fuerzas, animándolas a que le acompañasen en el cruce, cosa que hicieron algunos caballeros.
Sin embargo, las órdenes del rey, según las cuales la vanguardia de don Juan Manuel debía establecer la cabeza de puente necesaria para el paso ordenado de todo el ejército, seguían sin obedecerse. Alfonso XI decidió entonces cambiar de planes y asegurar la cabeza de puente que consideraba fundamental en el desarrollo de la batalla. Para lograrlo, ordenó a Alvar Pérez de Guzmán, situado en su ala derecha y que mandaba una fuerza de caballería ligera, que apoyase a las fuerzas de sus hijos bastardos, lo que logró, derrotando a la caballería musulmana que guardaba la orilla.

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