Batalla de Blanchetaque
El cuarto jinete
Libro VII de La Leyenda de Jhuno
CAPITULO VI: Batalla de Blanchetaque
El monarca inglés
dio la señal y mando a dos de sus generales que atravesaran el Somme, «con las banderas al viento, en nombre de
Dios y de San Jorge, caminando delante los más valerosos y los mejor montados». Cuando los arqueros que iban al
frente, consideraron que la distancia era la idónea para descargar sus flechas
sobre el enemigo, estando resguardados de los dardos de las ballestas
genovesas, comenzaron a lanzar flechas contra el enemigo. Una descarga tras
otra iba minando, no solamente las fuerzas sino la moral de los franceses que,
no podían hacer nada contra sus adversarios.
La infantería
francesa dio cobijo bajo sus escudos a los ballesteros genoveses, pero eso hizo
que ellos mismos quedaran a merced de las flechas inglesas que seguían haciendo
estragos.
Viendo como
suficiente el castigo por las fuerzas francesas, los caballeros bajan las
lanzas y se aprestan para presentar batalla en el mismo lecho del río, ante la
incesante sangría que, está sufriendo el ejército por los arqueros ingleses.
El peligro de los
ingleses era inminente, porque no tenían más que unas dos horas para verificar
el paso de sus tropas, carros y bagajes, a causa de que la vuelta del flujo de
la marea los hubiera arrebatado. El mismo rey inglés, ante la importancia de la
prontitud en el paso por ese vado, del río, seguido del príncipe de Gales, se
arroja al agua con su caballo y con la espada en mano, tratando de insuflar
valor a los suyos.
En la ribera
dominada por la hueste francesa, en virtud de la acción de los arqueros y la
desesperada acción de los caballeros franceses que querían atacar a los
arqueros para que estos no los siguieran castigando de aquella manera, comienza
a descubrirse corredores.
Sin embargo, los
arqueros tenían órdenes precisas, parar como fuera la acción de los franceses,
ya fueran ballesteros genoveses, infantería o caballería, no podían los
ingleses, demorarse, tenían que pasar si o si, pero además hacerlo en un corto
periodo de tiempo, o la marea les alcanzaría.
Pocos caballeros
franceses pudieron alcanzar el lecho del río, pues eran abatidos por los
arqueros que, llevaban tres bolsas de flechas cada uno. A la vez que la
caballería inglesa fue capaz de llegar a la otra orilla, por los flancos de los
franceses, cargando contra ellos a los que arrollaron ganándoles el terreno.
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